Han ejecutado a Sadam, muchos se relajan con la tranquilidad de quien se quita un problema de encima. Otros se dan cuenta que han creado un mártir.
Pocos podrán defender la gestión de Sadam y la cantidad de víctimas que pesan sobre sus espaldas pero los "libertadores" han resuelto un problema creando otro mayor.
En un país desolado por las "ayudas" occidentales y en el que chiitas, suníes y kurdos no se pueden soportar acaban de apagar un incendio con gasolina.
No vamos a discutir si el juicio fué lo suficientemente justo o no, Sadam no tenía ninguna defensa ni posibilidad de salvarse, demasiadas evidencias, demasiados abusos y demasiados compromisos anteriores con sus "juzgadores" le condenaban de antemano.
Pero su entrega y ejecución fulminante deja una impresión extraña, la de aquel que esconde el polvo debajo de la alfombra o la de aquel que entierra el desaguisado para que no se note.
Sadam ha muerto, quizá demasiado pronto, o quizá demasiado tarde, no olvidemos Kuwait, lo cierto que Irak no será lo mismo. Lo más probable es que se convierta en tres naciones mientras se matan entre ellos y Occidente recoge velas con las orejas gachas y el rabo entre las piernas.
Dentro de veinte años, desclasificarán documentos secretos y se conocerán historias que ahora serían impensables. De momento, unos cuantos se han llenado los bolsillos con el sufrimiento de otros.
Paradojas de la vida, hay quienes dicen "que se ha hecho justicia" y "velan mientras su pais duerme".
Año I nº 2
Un día como otro para ser ejecutado.
Gandhi & Mufti